La adjudicación del concurso del AVE La Meca-Medina va mucho más allá de su jugoso importe económico: casi 7.000 millones de euros. Demuestra que la alta velocidad ferroviaria made in Spain no sólo funciona en nuestro país, sino que tiene unas posibilidades infinitas.
El que Arabia Saudí confíe en la industria nacional resulta crucial para abrir las puertas de nuevos contratos. Primero en Oriente Medio, donde hay varios candidatos que se fijarán muy de cerca en la puesta en marcha de este proyecto. Y después, en otros países como EEUU o Brasil, donde tiene que definir su red. El papel de José Blanco, ministro de Fomento, ha sido clave, ya que obligó a la candidatura española al AVE saudí -que participaba al principio separada- a unirse, ver y vencer.