Teddy Bautista es insaciable. El ex presidente de la Sociedad General de Autores y Editores encarna el canon de la ambición. Investigado por la trama de corrupción en el seno de la SGAE y tras haber calificado su salida de "voluntaria", ahora reclama judicialmente su copioso blindaje alegando despido improcedente: se trata, nada menos, que de 800.000 euros.
Los 2 millones que cobrará del fondo de pensiones de la sociedad no deben parecerle suficientes. O quizá no fue capaz de ahorrar de su sueldo del pasado año, 338.182 euros, sobre el que mintió públicamente a la baja. O será que su holding de teatros comprado con derechos de autor le hizo la boca grande.
Es un pobre hombre rico: su avaricia es siempre mayor que su descrédito y ni el bochorno público le frena. Otro tirano que pide clemencia...