Europa tiene que dar ya una solución a la quiebra griega. Para ello debe establecer un cortafuegos alrededor del sistema financiero y la deuda pública. Por eso se plantea que se recapitalice la banca.
Sin embargo, no parece lógico que se contabilicen los activos a valor de mercado, el llamado mark-to-market, justo con tanta volatilidad, pues exigiría mayores inyecciones.
Y una idea aún peor es la de elevar los niveles de capital, porque si bien podrían emplearse para forzar saneamientos, también obligarían a las entidades a cerrar todavía más el crédito.
Las quitas en Grecia y Portugal son asumibles. Pero no cabe prever una quita a los periféricos grandes. Hay que disponer un muro con el tamaño suficiente para que no haya que preocuparse de la liquidez de estos Estados y tengan tiempo para las reformas.