Pese al efecto talismán que Sevilla quiere aportar al equipo español de tenis en la final de la Copa Davis, la elección de la capital andaluza ha desatado la polémica.
Valencia optaba a ella y ha criticado el cambio de las reglas de juego por parte de la Federación Española. La ciudad no pasó el corte, pues la Generalitat no avaló los 1,2 millones de canon, más otro millón que cuesta organizar el evento.
Un lujo para una Administración que apenas puede pagar las nóminas. Por su parte, a Córdoba le dolió que la Junta no la apoyara económicamente cuando se celebró allí la semifinal, por lo que se habrá alegrado de que tampoco lo haga con la final. Menos mal que son ciudades gobernadas por el PP...
