El recibo de la luz subirá en octubre un 5,9 por ciento, casi dos puntos más de lo que tenía previsto la patronal eléctrica ante el contexto incontestable de costes crecientes.
Así lo sentenció la subasta eléctrica de ayer, que se cerró alta. Si el Gobierno socialista opta por pasar la patata caliente al próximo Ejecutivo y congela en todo o en parte, sólo complicará las cosas, engrosando el déficit de tarifa y su carga financiera.
Y eso no evitaría que al menos dos fuertes subidas en 2012. Lo más conveniente es no posponer el alza e ir reconociendo el coste de la energía. De hecho, en este sentido, la propia CNE recomienda revisar el proceso de cálculo de la tarifa, algo crucial para evitar la ingeniería tarifaria electoralista. Hay que tender que la factura eléctrica refleje los coste reales.
