El FDP, partido socio en la coalición de Merkel, está perdiendo fuerza hasta niveles marginales. De fondo, la decisión que el jueves tomará el Bundestag sobre si ampliar o no el fondo de rescate. El partido de Rösler no quiere inmolarse políticamente en una salvación del euro con factura domiciliada en Berlín. Pero no parece que su resistencia le esté granjeando apoyos.