Opinión

No culpemos al mercado de la deuda que consentimos

LE FIGARO (FRANCIA)

Hasta ahora no se ha visto a ningún especulador o inversor que haya obligado a un Estado a endeudarse. Inmediatamente antes de la crisis, a finales de 2006, nuestro endeudamiento alcanzaba ya el 65 por ciento del PIB.

Nos encontramos en esta terrible situación porque así lo hemos querido a nivel colectivo, y con ello hemos aceptado el endeudamiento como una salida. Naturalmente, es más sencillo que decidirse por menor gasto estatal o un aumento de impuestos.

Además, no se trata de una buena señal para la capacidad de funcionamiento de nuestras democracias. La crisis de los países del sur de Europa nos obliga a entrar en razón más rápido y a tirar del freno de emergencia antes de que sea demasiado tarde.

No sirve de nada tomar como chivo expiatorio a los mercados.

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