El presidente del Real Madrid vuelve a recibir oxígeno financiero consistorial para el club, lastrado por una deuda de primera división, de casi 600 millones de euros, y con una previsión de resultados un 15 por ciento inferiores este ejercicio.
En su anterior etapa al frente del equipo, Pérez disfrutó de una recalificación de la Ciudad Deportiva, donde hoy se ubican las cuatro torres, muy ventajosa para enjugar las lágrimas de las maltrechas cuentas del club.
En este nuevo pelotazo, se quedará con la parcela adjunta al Santiago Bernabéu por la mitad de lo que vale, lo que le permite remodelar el estadio y levantar un hotel de lujo y un centro comercial. Un dulce merengue para el empresario, a quien el metro cuadrado edificado le saldrá a 6.500 euros, cuando en la zona cotiza a los 13.700 euros.
Además, recibe otra serie de propiedades en diversos puntos de Madrid hasta completar los 22,7 millones en los que se valora la parcela de Las Tablas que entregará, como contrapartida, al Ayuntamiento que encabeza el popular Alberto Ruiz-Gallardón.
Resulta inadmisible que el alcalde de la capital, el consistorio más megalómano y endeudado de España -en materia de pasivos comparte trofeo con el equipo blanco-, que pidió árnica al presidente Zapatero para alargar sus vencimientos, no tenga reparos en entregar a precio de saldo una propiedad en pleno Paseo de la Castellana al equipo blanco.
La coyuntura de crisis, que exige austeridad y tino al aquilatar los ingresos y gastos de las administraciones no es desde luego el momento para dádivas que se traducen en un gol al bolsillo del contribuyente.
