FRANKFURTER A. ZEITUNG (ALEMANIA)
La rebaja de la calificación crediticia de Italia por parte de Standard & Poor's puede espolear la implantación urgente de las medidas que el país necesita adoptar para el saneamiento de su economía.
La administración pública italiana es improductiva; la distribución de las competencias entre las instituciones, un caos. Los sindicatos mantienen sus viejos privilegios, las pequeñas empresas no desean crecer por encima de los 15 trabajadores por razones de derecho laboral.
La Justicia podría contribuir al crecimiento de un 1 por ciento anual con mayor eficiencia, de acuerdo a los cálculos del gerente del banco central, Mario Draghi. Por su parte, Silvio Berlusconi carece de credibilidad, el principal partido opositor se está dirigiendo justamente ahora más a la izquierda, lejos de cualquier programa de ahorro y reformas.
El centro del espectro político ofrece sólo retórica y cero contenido. Ningún político desea reconocer que la precaria situación de Italia es la que ha convertido una crisis de pequeños Estados periféricos en una crisis de confianza de toda Europa. Sólo pueden ayudar ahora las señales de advertencia y alarma. Sin presión exterior, Italia no saldrá adelante.
