Los problemas de la deuda se arreglan con austeridad. Eso considera la opinión pública, a la vista de los fracasos de las políticas de estímulo. Un ejemplo es EEUU, donde ni el QE1 ni el QE2 han sido suficientes para impulsar su economía. O en España, donde los Planes E se han mostrado ineficaces. Hay que gastar en función de lo que se ingresa. Ésa es la solución.