La confianza en el BCE se ha desplomado en Alemania, reticente a la compra de deuda española e italiana por parte del organismo, que también ha mostrado su desgana en la última adquisición. Este sentimiento se ha acentuado con la dimisión de su economista jefe, evidenciando discrepancias en la institución. Berlín exige acciones concretas a los Estados en peligro.