En vísperas de que el Gobierno recupere el Impuesto sobre el Patrimonio, el único aspecto definido es que la medida está pensada para que Rubalcaba saque algún rédito electoral que contrarreste la del límite constitucional de déficit, cuyo principal beneficiado fue Rajoy.
Mientras Blanco explicaba ayer que el tributo afectará a 90.000 contribuyentes (o algo más tras actualizar los datos de 2007), Rubalcaba corregía la estimación para afirmar que serán "200.000 ó 300.000".
Una cifra que se antoja alta, además de imprecisa, si el mínimo exento se fija en un millón de euros. En cuanto a la recaudación extra, los cálculos iniciales de 1.400 millones caen a 1.000 millones.
Con el doble, el antiguo Patrimonio fue considerado inoperante y condenado a la desaparición.