La extrema situación de Grecia ha espantado a los inversores del euro. Así, la divisa única ya retrocede cerca de un 8% frente al dólar desde los máximos del año. Esta situación no favorece a EEUU, que lucha por no caer de nuevo en una recesión. Y una de sus mejores armas es un billete verde débil que le dé ventaja sobre las exportaciones europeas.