TURUN SANOMAT (FINLANDIA)
Los mercados no caerían presa del pánico al reestructurarse la deuda griega, o si el país abandonase la zona euro.
Conviene preguntar si una salida de Grecia de la eurozona menguaría la confianza en la solvencia de la moneda común o si no la mejoraría a largo plazo. Grecia precisa un nuevo comienzo y una base económica estable. Hay que investigar si es posible con una moneda propia.
Abandonar la eurozona no haría que se desvanecieran los 335.000 millones de deudas de Atenas. Grecia tiene que poner orden en su presupuesto público, con la moneda que sea.