Opinión

Agosto parece haber dictado sentencia

Diría que nos queda por ver una subonda bajista antes de que podamos ver una recuperación.

Agosto no llegó cargado de buenos presagios. Si recuerda mi última tribuna le advertía de la necesidad de reducir más aún la exposición renta variable, y hacía chanza con la retirada de ese presidente que finalmente ha conseguido pasar a la historia, comentando que iba a tener gracia que el comunicado de su marcha coincidiese con la vuelta a la tendencia del mercado a nivel global. A bajista, claro. Llega un momento que uno entiende que Internet ande lleno de comparaciones entre Zapatero y Mr. Bean. Dada la colección que atesora, no es para menos. La cosa va más allá de lo físico.

Cayeron los 9.200 del Ibex y los 2.600 del EuroStoxx, como también los niveles clave de Wall Street, y el mercado se ocupó del resto como debía. Esta vez sucedió lo más probable y no puedo hablarle de otra cosa que de mercado bajista para trading a lo largo y ancho del globo. Esta vez no se han salvado emergentes, británicos, norteamericanos ni alemanes. Ha habido castigo severo para todos, y en algunos casos, como en el de Alemania, como no se había visto en lustros.

Y sí, mire, siempre encontraremos argumentos para justificar lo que queramos. Pero lo que no es discutible es que a día de hoy el mercado de renta variable es netamente bajista para trading y que la caja de Pandora se ha abierto. Como todos sabemos, tenemos claro cómo empiezan las tendencias pero no cómo terminan, y hay argumentos para pensar en que hace falta más profundidad. Puede que mucha más.

Pienso que no hemos visto aún todo el tramo que puede generarse por las rupturas de finales de julio y principios de agosto. Diría que nos queda por ver una subonda bajista del mismo antes de que podamos ver una recuperación de esas que puede acabar generando una falsa sensación de mejora debido a la intensidad del rebote. Por ello, en este momento, la exposición renta variable debería ser baja para ese inversor que siempre tiene presencia en bolsa; siendo la posición corta, en mayor o menor grado, la que corresponde a un especulador. El intenso rebote que nos aguarda tras ese descenso adicional, debería ser el del gato muerto.

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