LES ECHOS (FRANCIA)
Los métodos del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, tal vez puedan satisfacer a algunos de sus partidarios. Pero el problema de Italia persiste: con una deuda pública equivalente al 120 por ciento de su PIB, tiene que enfrentar enormes necesidades financieras.
Berlusconi tiene los medios para imponer a mediados de septiembre cualquier plan de ahorro en el Parlamento -tal vez, incluso una versión completamente nueva- recurriendo al voto de confianza.
En cambio, este comportamiento ya no resulta aceptable en el contexto europeo, pues corre el peligro de hundir a toda la eurozona en la crisis. Esto pone de manifiesto, una vez más, la urgente necesidad de crear un gobierno económico de la zona euro, tal como vienen reclamando Angela Merkel y Nicolas Sarkozy.