El ministro de Trabajo ha adelantado que el dato de paro de agosto volverá a ser malo. Ni siquiera un verano que ha deparado un crecimiento en el turismo de más del 4 por ciento ha brindado una mejora sustancial del empleo en los meses estivales.
Y a esta mala noticia se suma que la concesión de hipotecas ha caído un 42 por ciento, al nivel más bajo de la crisis. Ni se reactiva el crédito, ni se reactiva el mercado laboral.
¿Y qué argumenta ante esto Valeriano Gómez? Pues que los empresarios se están aprovechando del subsidio del paro para abonar con éste las vacaciones de los trabajadores. Menuda excusa. ¿Se recuperarán entonces todos esos puestos en septiembre?
Tales afirmaciones subrayan la incapacidad del Ejecutivo para confiar en el empresariado como interlocutor válido con el que generar empleo.