La intervención de la OTAN se realizó debido a que Occidente había llevado demasiado lejos su hipocresía respecto a Gaddafi.
Ahora se ha cambiado de bando con éxito y el negocio puede continuar. Lo positivo de ello es que los miles de millones del petróleo ayudarán al futuro Gobierno libio a reconstruir el país.
Los consorcios petroleros están interesados en la seguridad jurídica para sus negocios y en un entorno seguro para sus empleados. La población de Libia se beneficiará de ello.