LIDOVÉ NOVINY (LA REPÚBLICA CHECA)
Aquel que no posea un lingote de oro en la actualidad en la República Checa no es persona. Ésta es al menos la impresión que suscitan los medios de comunicación del país.
De hecho, cualquier estudiante de psicología podría reunir a partir de esta afirmación una gran cantidad de material acerca de cómo se desencadena una psicosis.
Quien ofrece metal dorado a un cliente no tiene necesidad de explicar nada, ni tampoco de advertir sobre eventuales riesgos, y menos todavía de asumir ningún tipo de responsabilidad acerca de la inversión.
Es suficiente con sostener en una mano una gráfica que ilustre el rápido aumento experimentado por el precio de oro y con la otra mano señalar el lugar donde se debe firmar la adquisición.
El Banco Nacional Checo, que al menos debería advertir sobre estas prácticas, guarda un peligrosos silencio. Y el Ministerio de Finanzas tiene tanto que hacer que allí nadie se interesa por proteger a un par de miles de personas.