Opinión

Los eurobonos; aquella tierra prometida

Como dijo el famosos torero 'Guerrita ': Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible", y aunque no se refería precisamente a los eurobonos, su inapelable sentencia describe con precisión la situación actual. Sería una ilusión pensar que a corto plazo se puedan constituir como la solución al azote continuo con que nos castigan los mercados monetarios y sus continuos vaivenes de las primas de riesgo.

En primer lugar, el desarrollo e implementación de toda la estructura legislativa, su aprobación por los diversos parlamentos y la puesta en marcha del armazón técnico necesario no es cosa de un año. Y un año en las actuales circunstancias, y vista la rapidez con que se mueven las cosas, equivale a un siglo.

Además, la canciller Merkel y el presidente Sarkozy han anunciado categóricamente y con buen criterio que sería un grave error su introducción sin antes sanear las economías de los 17 países miembros. No parece sensato desplegar la emisión de deuda con garantía mancomunada de la eurozona sin, a su vez, tener la capacidad de poder controlar el gasto que la genera.

Un diseño tan sesgado sería sin ninguna duda el fin irreversible del euro y desencadenaría una segunda edición, ampliada y mejorada, de las alegrías que la introducción del euro en 1998 suscitó en países e instituciones financieras, permitiendo que se endeudaran a tipos reducidos que no se correspondían con sus estructuras, como si el mañana no existiera. Las medidas de saneamiento que hoy todo el mundo reconoce como inevitables serían arrinconadas por los Gobiernos con un suspiro de alivio hasta nueva fecha y nuevo desastre.

La creación de un gobierno europeo

En ese sentido, la propuesta de la creación de un euroconsejo financiero independiente, con el propósito específico de contar con un "instrumento creíble de gerencia económica para la eurozona", según declaraciones de Sarkozy, constituye un paso importante.

Un segundo avance en esa dirección sería la iniciativa de fijar en la propia Constitución el límite legalmente permitido al déficit público corriente; medidas que Alemania y Suiza ya han incorporado a sus respectivas constituciones. De prosperar, se acabaría con esa tendencia tan querida por los Gobiernos de gastar hoy para luego pasar la factura a las generaciones venideras. En Estados Unidos ya se pueden palpar las consecuencias que a medio plazo resultan de aplicar esa política fiscal.

La dura travesía del desierto

Pero de momento, el trabajo duro de desescombro va a ser tarea individual de cada uno de los países miembros de la eurozona. Hoy toca poner la casa en orden y acometer sin demora las reformas, tanto del gasto público como estructurales que permitan relanzar la economía y acabar con una sociedad desmoralizada y minada por el paro. Porque quien no tiene la posibilidad, siquiera la esperanza, de poder construirse un futuro sólo le queda la 'Mourinhada' de romper la baraja.

De todas formas, por mucho que los Estados hagan los deberes y la sociedad con las espaldas en carne viva continúe tirando del carro, la lección que debemos sacar de estos tiempos es que se tiene que acabar la patente de corso de la que ha venido disfrutando una buena parte del sistema financiero. Ellos, con su avaricia, su irresponsabilidad, su estupidez criminal han sido los responsables de una burbuja inmobiliaria que los ha conducido a una situación de insolvencia de la que han tenido que ser rescatados por los contribuyentes.

En España disfrutábamos de unas cuentas públicas saneadas hasta que hubo que asumir el rescate del sector financiero, y la política de avestruz de un señor al que le enseñaron economía en una tarde. Si la ignorancia puede ser un triste eximente cabe preguntarse qué excusa tiene el señor Pedro Solbes, segundo vicepresidente, ministro de Economía y Hacienda, antiguo Comisario para Asuntos Monetarios de la Comisión Europea, que emulando a San Pedro alzó la voz para negar por tres veces la existencia de la crisis durante su debate con el señor Pizarro y luego calló vergonzantemente mientras el presidente Zapatero desplegaba su ignorancia con una serie de medidas electoralistas que arruinaron las arcas públicas.

En fin, dicen que la letra con sangre entra y es de esperar que en un futuro, nosotros, los electores, sepamos elegir a nuestros gobernantes en función de su competencia y no de su supuesta ideología, un escaparate que suele esconder una triste trastienda.

La dulce tierra de Canaán

"Y por fin tras cuarenta años en el desierto, los israelitas cruzaron el rio Jordán adentrándose en la dulce tierra de Canaán".

Afortunadamente no es probable que tengamos que esperar tanto. Los primeros pasos ya se han dado y existe el convencimiento entre los líderes y el propio Parlamento Europeo de que en el momento oportuno la introducción de los eurobonos sólo reportará ventajas, primero al impulsar las reformas estructurales indispensables para su introducción y luego aportando disciplina presupuestaria a los Estados miembros y una más estricta observancia del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

En un momento en que el dólar se ha disparado en el pie y cojea, y el renminbi es una entelequia, un mercado de eurobonos se configuraría como el segundo en importancia con 5,6 billones de euros de oferta frente a los 6,7 billones de euros de los EEUU. La graduación del euro a la categoría de 'divisa reserva', tiene ventajas indudables, pero conlleva la contrapartida de tener que ofrecer un mercado en eurobonos líquido y profundo que permita aparcar y rentabilizar la liquidez que genera.

Cortesía de UBS WRM, la tabla adjunta desarrolla un desglose detallado de los niveles de endeudamiento de los diferentes países de la eurozona y del nivel de financiación posible mediante eurobonos que en ningún caso puede superar el 60 por ciento del PIB respectivo de cada país según la propuesta que se baraja.

La conclusión a la que llega sin reservas UBS es que "los eurobonos emitidos conjuntamente por los países de la Eurozona, obtendrían la máxima calificación 'AAA' y ofrecerían una mayor calidad crediticia que los bonos norteamericanos". Lo cual es alentador; pero antes es necesario hacer los deberes y estos nunca han sido fáciles. Debe ser por eso de la enojosa maldición bíblica: "Ganarás el pan con el sudor de tu frente".

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