Opinión

Editorial: No se deje llevar por el pánico

No sé sabe si el día del Apocalipsis será similar al de éste lunes, pero seguramente que tiene muchas similitudes. La supresión de la triple A al rating de EEUU por parte de S&P es vista como un drama, en medio de una tormenta financiera que recorre con su viento devastador de un lado al otro el planeta.

No es momento para el pánico, sino para el análisis sereno y consecuente. El mundo no cambia de la noche a la mañana, la deuda americana va a seguir siendo una inversión sólida para la gran mayoría de los inversores, entre otras cosas porque sólo una de las tres agencias han rebajado su calificación. Los analistas conceden el 50 por ciento de posibilidades a una recaída de EEUU en recesión durante el próximo año.

Y en el peor de los casos se trataría de un bache temporal, no de la gran depresión de los años 30. Por eso no es bueno dejarse arrastrar por el miedo, cuando aún no existen motivos reales para ello. El aviso de S&P, sin embargo, no debería caer en saco roto.

Las autoridades americanas tienen que comprender, como ha señalado China, que no pueden seguir viviendo de los préstamos, por encima de sus posibilidades. La lección es trasladable al resto, sobre todo a países de la zona euro como Italia y España.

El shock de estos días en los mercados será saludable si ello sirve para que los políticos se ponga de una vez a gobernar con austeridad, en vez de tirar la casa por la ventana con recursos ajenos.

También debería servir para lograr la unidad de acción en el seno del G-20 y de la Eurozona. Sólo entre todos se puede evitar una situación a la deriva.

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