DIE WELT (ALEMANIA)
Los trabajadores alemanes cuentan con 30 días al año de vacaciones pagadas. Una situación que se pone de manifiesto no sólo en las diferencias entre los distintos países, sino también en las disparidades entre los sectores de un mismo país.
No es casualidad que en Alemania, en una industria de elevada productividad como es la del metal, las jornadas laborales sean las más reducidas.
Por ello, no tiene sentido establecer en Europa jornadas laborales unificadas, ya sea por día, semana o en la duración de la vida laboral.
¿Tenemos ahora que trabajar más los alemanes solamente para que todos se sientan tratados igual en Europa? ¿O se debe trabajar menos en los países más pobres?
En ese caso, perderían una de sus pocas ventajas competitivas y tendrían mayores problemas para avanzar hacia la situación de los países ricos. Este tipo de armonización sería un retroceso para la integración europea.
