Opinión

Editorial: El Banco de España quiere urnas

El Banco de España se suma a los que aconsejan a Zapatero un adelanto electoral. Incide especialmente en el aspecto del crédito.

Teme que si se empeña en agotar la legislatura, se produzca un estrangulamiento del préstamo porque, según avisa el supervisor, los primeros meses de 2012 serán duros y si las entidades no encuentran razones para el optimismo en las perspectivas de empleo no prestarán más.

Algo que no ocurriría si se aprovecha el alza en la contratación que depara la campaña estival. Lo cierto es que los problemas en el seno de la UE y la falta de una solución para Grecia han hecho que los mercados ignoren o infravaloren las reformas acometidas. Están más pendientes de lo que se decida en la cumbre europea de mañana y de si las agencias de rating lo interpretan o no como un default.

Si se sortea la calificación de impago, se generaría confianza. Y los colmillos del mercado podrían atender a otros menesteres y valorar la adopción de medidas por parte de los distintos Gobiernos europeos. Ganada esa serenidad, habrá que afanarse en implantar recetas para recuperar el empleo y retomar el crecimiento.

Especialmente en España, que no termina de concretar un pie en la reactivación económica. Las medidas que necesita nuestra economía han de ser valientes y no descafeinadas como las acometidas hasta el momento para el Gobierno socialista. Diseñarlas y verlas transformadas en hechos necesita su tiempo.

Por eso, cuanto antes se empiece mejor, lo que exige no esperar hasta marzo de 2012. ¿Desde cuántos frentes más tiene que oír Zapatero este consejo para actuar en consecuencia? Debe ser responsable.

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