LES ÉCHOS (FRANCIA)
Según advierten numerosos expertos, el Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF) será de difícil aplicación. Sin embargo, podemos esperar que entre su puesta en marcha y la de las herramientas de vigilancia de los mercados y se cree un círculo virtuoso de transparencia.
Pero, según afirman sus detractores, un impuesto así debilitará Europa al trasladar la actividad financiera a lugares que resulten más hospitalarios. La módica tasa, replican sus defensores, hace que ese riesgo sea poco probable.
Y dar ejemplo en un área tan crucial para la estabilidad de la economía mundial supondría una buena ocasión para que el Viejo Continente utilizara el poder que todavía le queda: el de su poderosa influencia.