
Hace un par de días, uno de los usuarios de Blogságora -el blog de Bolságora en elEconomista.es- por los que más aprecio tengo dejaba una perlita que me hizo rechinar los dientes al hacer referencia a que a mi acordeón le iba a seguir saliendo humo.
A la luz de lo que rubricaba el viernes el mercado parece que va a ser así, aunque salvo por lo que sucede con el sector bancario me siento bastante relajado en tanto en cuanto que el grueso de nuestros posicionamientos está afincado en el triángulo Japón-Alemania-Wall Street.
Con todo, miento si digo que esperaba una corrección tan intensa en la periferia, y más si afirmo de esta forma. Corregir un movimiento alcista violento es algo lógico, normal y hasta saludable; y ha sido el mensaje que hemos trasladado durante la semana a los suscriptores de Ecotrader y a los clientes de Ágora Asesores Financieros EAFI.
Sin embargo, no hemos corregido de modo general, sino sólo a nivel bancos y activos de la periferia europea. Y aunque podría resultar en cierto modo tranquilizador el que la recaída no tenga apoyo global por parte del universo renta variable -pues eso suele darle menor probabilidad de estructuralidad a la misma-, sí resulta intranquilizador perder argumentos como el de un suelo en el sector bancario, al tiempo que el euro/dólar retrocede desde su directriz bajista de corto plazo y los bonos rebotan con inusitada fortaleza después de patrones que sugerían lo contrario, como los que se dejaban para empezar el mes de julio, en correlación -inversa- con la renta variable.
Y ése es el problema. ¿Qué va a suceder si el resto de plazas corrigen de forma lógica, normal y saludable? ¿Cómo puede tomarse el mercado la pérdida de soporte de los bancos de la eurozona o la ruptura de mínimo previo en alguna plaza como la italiana? ¿Cabe la continuidad del rebote si el euro/dólar pierde soportes o si los bonos rompen resistencias? Reconozco que no tengo respuesta. La contradicción técnica ha regresado inmediatamente y en el terreno de la anormalidad estadística -en la que vive inmerso el mercado desde hace al menos un año- no me siento nada cómodo.