Opinión

Joaquín Leguina: La cabeza de Bautista

Los directivos de la SGAE se han visto sometidos a la consabida y odiosa parafernalia judicial: entrada a saco en sus oficinas, detenciones a bombo y platillo? En fin, pena de telediario y pasada por la piedra de la presunción de inocencia en el más puro estilo Garzón.

Si a esto se une el odio acumulado entre internautas y otros partidarios del ¡gratis total! tenemos listo -una vez más- el linchamiento mediático. ¿Pero qué hay detrás de todo esto? Unas denuncias en torno al funcionamiento de la red de empresas creadas por la SGAE, entidad que gestiona los derechos de autor.

No de todos los autores, sino básicamente de los músicos, pues fueron éstos (Chapí, Sinesio Delgado?) quienes, hartos de oír tocar y cantar sus canciones sin que les llegara una peseta, crearon esta sociedad de gestión, que en los años ochenta del pasado siglo se vio relanzada por Teddy Bautista (músico también él), creando, entre otras cosas, una red de recaudadores que para sí quisiera la Agencia Tributaria? y ya se sabe que ni los recaudadores de impuestos ni los cobradores del frac gozan de prestigio entre el vecindario.

Para acabar de poner en las nubes su bien ganada antipatía y a la vista de la afición del personal a bajarse gratis de Internet todo tipo de productos culturales, el Estado creó en be- neficio de los autores (música y cine) un canon que grava la venta de CD's vírgenes, cosa que desde el punto de vista técnico-jurídico deja mucho que desear. ¿Por qué? Porque el canon pretende gravar las bajadas de Internet, pero el indicador que se toma para calcular esas descargas es la venta de CD's que se pueden usar para eso o para otras muchas cosas.

Intrincada red de empresas, agobiante red de cobradores del frac y sospechas de trato gubernamental en su favor propiciaban el linchamiento de Bautista y sus colaboradores.

Sólo faltaba el juez que lo ordenase, y el viernes se apareció en carne mortal en la Audiencia Nacional, a unos 200 metros de la sede modernista que la Sociedad General de Autores posee en Madrid.

Joaquín Leguina. Estadístico.

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