Reestructurar la deuda griega o no. El debate está servido. De un lado están los que afirman que Grecia es insolvente y echando dinero tan sólo se engorda el problema.
Dicen que es posible hacer una reducción de deuda de una forma ordenada y evitar que se produzca un contagio. Es más, se hace habitualmente en economías emergentes y, enseguida, se recuperan.
De otro lado están los que opinan que habría contagio y, a continuación, caerían Portugal, Irlanda... Además, hay muchos cubiertos con seguros de impago o CDS, lo que podría crear un pánico tipo Lehman.
Pero el contribuyente no aceptará tener rescatado a Grecia durante más de 10 años. Hay que solucionarlo ya, y la manera más limpia es una sustitución de títulos negociada como se hizo en Latinoamérica en los 80 con los bonos Brady.