<I>FRANKFURTER ALLG. ZEIT. (ALEMANIA)</I>
La industria turca produce una amplia gama de productos, sin embargo, el país depende en una buena medida, y de manera constante, de las importaciones: de la energía y de los bienes de capital así como los bienes de consumo.
El abrumador crecimiento de la demanda interna dispara las importaciones por las nubes. El déficit en la balanza de pagos ha alcanzado ya un 7 por ciento del Producto Interior Bruto y no se puede financiar con los ahorros del propio país; se precisa dinero del extranjero. Éste fluye a corto plazo, es decir, como dinero caliente.
Se puede retirar de inmediato cada vez que la liquidez mundial vuelve a buscar los puertos seguros de sus países de origen. Es posible terminar de una vez con esta dependencia, pero sólo a largo plazo.
