Opinión

César Vidal: 225.000

Hay números que tienen un no sé qué. El 12, por ejemplo, se asocia con las tribus de Israel o los apóstoles. Si se menciona el 4, vienen a la cabeza los puntos cardinales o las esquinitas de la cama. El 7 resulta ideal para los magníficos. El 40 me trae a la cabeza -¿por qué será?- al PSOE.

Pero, ¿qué le sugeriría a cualquiera el 225.000 ? De entrada, nada. Pero la cifra es de cuidado. Significa, ni más ni menos, que el número de empresas españolas que se han ido al garete en los últimos tres años como consecuencia de la morosidad de las Administraciones Públicas.

Se dice pronto. De las 450.000 compañías desaparecidas en ese período breve como un suspiro, la mitad de la desgracia debemos atribuírsela a esos políticos que se han gastado nuestro dinero en alegrías, amistades y corruptelas diversas, pero que -¡vaya por Dios!- se han olvidado de pagar las medicinas de hospitales y farmacias, el papel de las oficinas o las bombillas de los colegios. Quizá no debería sorprendernos tanto, porque, a fin de cuentas, ¿qué significa para tan insignes derrochones un pensionista, un enfermo, un anciano o un dependiente? Pues nada o casi nada.

El dinero que sale de nuestros sudores va a parar a las carrozas del día del Orgullo Gay en el municipio de Madrid, a los preservativos de sabores escogidos que costea la Junta de Andalucía, a los liberados sindicales a los que mantienen nuestros impuestos estemos o no afiliados a un sindicato, o a esas fantasmales embajadas que el nacionalismo catalán tiene en el extranjero a pesar de que su déficit es más del doble del que se consiente a otras regiones y de que concentra casi el 30 por ciento de la deuda total de las CCAA.

Puesto que no se puede costear lo necesario y lo nacido del amiguismo de la casta, se ha pagado, sobre todo, esto último y, a lo tonto me lo bailo, las Administraciones Públicas -simplemente pagando con retraso- se han llevado por delante el 13 por ciento del tejido empresarial español y millones de puestos de trabajo. 225.000 no es, pues, una cifra más. Es todo un símbolo de una España que se desmorona desde hace años como consecuencia directa de un sistema de Administración Local que no hubieran sabido diseñar ni nuestros peores enemigos.

César Vidal. Historiador y director del programa La Noche de Es Radio.

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