Trichet no ve una amenaza en la inflación. Cree que el fenómero será transitorio porque no se filtra a los sueldos.
Así, mantiene su calendario de normalización con subidas de 0,25 puntos en julio y, probablemente, otra de 0,25 en septiembre, nunca más de 0,75 de aquí a un año, por lo que dejará el techo en el 2 por ciento, lo que supone una buena noticia para los ciudadanos endeudados.
Por otro lado, Trichet ha dicho que podría no aceptar cualquier bono como colateral para prestar liquidez. Esto puede interpretarse como un mensaje a los políticos para que den otros 50.000 millones a Grecia y salven a la banca.
Ya hay quien lo ve como un aviso de que en el futuro sólo aceptará los bonos nuevos resultantes de un posible canje por los antiguos. El rescate griego, pagado por los ciudadanos, se va preparando.
