DER STANDARD (AUSTRIA)
Hasta hace pocos años, se consideraba a Eslovenia el alumno ejemplar de los nuevos países de la UE.
Pero el largo período de buenos datos macroeconómicos y la temprana adhesión al euro no podía engañar durante mucho tiempo sobre las debilidades de esta estructura: permanente injerencia del Estado -directa o indirectamente- en la economía, baja competitividad, una burocracia inflada, fuertes entramados político-económicos independientes del Gobierno de turno.
Desde la independencia de Eslovenia hace 20 años, ningún Gobierno ha introducido verdaderas reformas estructurales. Los elogios desde el extranjero contribuyeron a que Eslovenia se adormeciera en una seguridad engañosa.
Tanto más duro será el despertar.