"Prudente y equilibrada". Así será, según el titular de Trabajo, la minirreforma de la negociación colectiva que aprobará el Gobierno este viernes, ante la falta de consenso de los agentes sociales.
La inclinación ugetista de Valeriano Gómez hará que se pase de puntillas sobre los puntos espinosos , que se aplazan para después del verano, incluida la mediación y el arbitraje. Ni se tocará la ultraactividad, ineludible para dinamizar el maltrecho mercado laboral, ni las Mutuas y el absentismo injustificado.
Así pues, el decreto no va a traspasar límites que suscitaran enfrentamiento entre patronal y sindicatos. Todo muy liviano.
De nuevo, el Ejecutivo malgasta una ocasión de avanzar en una reforma para la que había preparado a la opinión pública. Y el coste del retraso se mide en puestos de trabajo destruidos.