La economía sumergida se ha duplicado en los últimos 30 años, pasando del 12 al 24 por ciento. Aunque es difícil de contabilizar, su evolución se refleja fielmente en los datos de masa monetaria y consumo eléctrico. Lo lógico es que el crecimiento económico redujera este fenómeno, pues los agentes se van incorporando a la legalidad.