Desde que, a cierre de 2010, Bruselas diera vía libre para la liberalización ferroviaria, Fomento se ha puesto manos a la obra.
Prepara el camino para la irrupción de operadores privados en el negocio del AVE de aquí a dos años, algo que será positivo tanto para los usuarios como para las compañías.
Las primeras beneficiadas serán las dos empresas ferroviarias de Fomento. El gestor de la infraestructura, Adif, elevará sus ingresos procedentes del canon por el uso de la línea férrea. Y Renfe sumará a sus ganancias como operador, las derivadas del alquiler de su flota. Al tiempo, se reparte juego a otros agentes, como El Corte Inglés, Alsa o SNCF. Con esta jugada ganan todos.
Y más relevante aún resulta que en materia de infraestructuras se eleve el aprovechamiento de las inversiones efectuadas.