Opinión

Editorial: Super-Mario llega a la fontanería del BCE

El BCE ya tiene presidente. Mario Draghi dista del gris de Trichet. Brillante y con unos conocimientos técnicos irrefutables, ha trabajado en Goldman, el Banco de Italia, el Tesoro transalpino y ha llevado las reformas del sistema financiero.

Conoce bien tanto el mercado como las batallas de poder. Y lo más probable es que no cambie el curso de la institución, pues los alemanes lo vigilan. Pero hay sombras.

Ha pasado mucho tiempo en la pantanosa política italiana. De hecho, se opuso entre bastidores a la entrada de bancos españoles en Italia, algo no muy liberal. Y tampoco es que la economía italiana haya despuntado.

Además, es un chico de Goldman: ¿nos apuntamos a la tradición estadounidense de fichar ministrables de un lobby financiero? Drahgi debe despejar estas dudas.

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