LE TEMPS (SUIZA)
El precio abonado por Microsoft para hacerse con Skype (8.500 millones de dólares ) parece excesivo. El acuerdo no tendrá consecuencias para los usuarios, pero deja claro que parece existir una nueva burbuja especulativa en relación con Internet.
La determinación del valor resulta un cálculo difícil, más aún porque también se computan las ganancias futuras. La integración de Skype en Microsoft será relativamente dificultosa.
Los usuarios del servicio telefónico no deben temer nada, pues la oferta permanecerá sin cambios. Pero el accionariado de Microsoft se puede preguntar cuánta energía piensa invertir realmente la empresa de Steve Ballmer para sacar el mayor provecho posible de Skype.
Tal vez sólo se trate de una maniobra defensiva para evitar que Google o Facebook se hicieran con Skype. En este contexto, el precio carece de importancia.
