Opinión

Editorial: El teléfono rojo de Zapatero

Imagínense por un momento en la cabeza de Merkel: la reestructuración de Grecia se encuentra sobre la mesa. Irlanda y Portugal son los siguientes. Con la mano en la frente, se pregunta: ¿cuánto me va a costar esto? Y entonces piensa en España... Eso no lo aguanta su cartera.

Asustada por el fin del euro, la canciller ha reanudado sus presiones sobre Zapatero para que retome el espíritu reformista. Un año más tarde, el teléfono de Moncloa está de nuevo al rojo. De ahí que el presidente haya anunciado una reunión con los sindicatos y patronal buscando una foto, y que haya ordenado a Rubalcaba y Salgado que cierren pronto un acuerdo sobre la negociación colectiva.

Al menos, en esta ocasión Comisiones y UGT están más preocupados por la coyuntura y se muestran dispuestos a hacer concesiones antes impensables. Además, Zapatero presiona al presidente de la CEOE, pero Rosell no quiere firmar cualquier cosa. Su argumento es que en estas condiciones no hay quien contrate. No es de extrañar, el contrato de 33 días que se pretende fomentar es tan complicado que nadie lo usa.

Por ahora, se ha avanzado en un lista de 10 puntos que incluye dar libertad a las empresas parar romper convenios; eludir la magistratura mediante arbitrajes; combatir el absentismo con las mutuas; mayor movilidad funcional; e incluso reducir los 45 días para incluir la indemnización mochila que el trabajador pueda llevarse. Esperemos que no quede en unos parches.

Tal y como ha advertido este diario, queda mucho por hacer, hay cinco millones de parados que lastran, las cuentas no salen y las llamadas de Merkel tendrán que repetirse para que espabilemos.

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