
Casi todos conocemos ese hecho estadístico que nos advierte que en mayo empieza la peor parte del ejercicio. Aunque debo decir que yo, personalmente, considero que una muestra de hechos anuales es dudosa mientras no tengamos cientos de casos en la misma. Me atrevo a decir que me iré de este mundo sin saber si realmente había algo de magia en esa técnica que sugiere vender en mayo para no volver al mercado hasta seis meses más tarde.
De hecho, considerando que los dos grandes mercados alcistas que ha vivido la renta variable en el siglo XXI empezaron a mediados de marzo, me temo que haber seguido esta técnica hubiera sido perjudicial. En los años en que esto ha salido bien desde que empezó el nuevo siglo vivíamos en tendencias bajistas. Y en éstas, a posteriori, cualquier día es bueno para vender. Pero es bien cierto que, de momento, mayo empieza dando oxígeno a unos bajistas que al cierre del pasado viernes veían las cosas muy mal pese a seguir teniendo argumentos en volatilidad, sentimiento y divergencias de importancia como el ímpetu de los bonos y la incapacidad de las materias primas, que ha derivado en auténtico desplome durante esta semana.
Han sido días inquietantes, no voy a negarlo; pero el movimiento bajista encaja, en principio, con un movimiento de retorno a antiguas zonas de resistencia crítica. Esto, técnicamente, se denomina pull-back y frecuentemente sucede sin que por ello se alteren las tendencias y, por tanto, los escenarios chartistas. La bolsa es menos previsible que la UEFA; pero esta semana no voy a bromear con los culés, sino a desearles suerte en Wembley.
La inquietud tiene, como he dicho, focos fuera de las tendencias que merecen atención. Los acontecimientos del mercado de bonos, la importante vuelta semanal en un euro/dólar que afortunadamente no ha alcanzado sus objetivos, el sentimiento alcista que mantiene Wall Street o la incapacidad de la volatilidad para marcar mínimos -claro que esto es así desde hace meses-, son elementos que, llegado el caso, habría que poner sobre la mesa al reaccionar.