La Fed deja casi todo como estaba. Ayer concluyó su reunión comunicando que terminará de ejecutar el estímulo monetario de la segunda ronda de facilitación cuantitativa (QE2) y que aún no aprecia una amenaza inflacionista como para subir tipos.
Bernanke degradó de firme a moderado el perfil de la recuperación y rebajó previsiones, aunque resaltó los avances en el mercado laboral. Ni una palabra sobre una eventual QE3, lo que podría equivaler a descartarla.
Aunque se intuyen alzas de tipos futuras, tampoco acotó cuándo. Así, la Reserva Federal no sorprendió ni positiva ni negativamente al mercado y compró tiempo.
El crecimiento de EEUU se torna sostenible, los resultados corporativos van bien, Wall Street lo manifiesta y la Fed gana margen para decidir sobre la retirada del dopaje a la economía.