La Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU, afronta hoy y mañana una reunión que se antoja crucial para el futuro de la economía norteamericana y de los mercados mundiales.
Bajo la batuta de su presidente, Ben Bernanke, la entidad se ha adentrado, desde 2008, en terrenos monetarios desconocidos. Ha dopado la economía con estímulos extraordinarios que, precisamente por eso, no deben ni pueden ser eternos.
Estados Unidos tiene que ir desenganchando a su país y a los inversores de unas ayudas que conllevan el riesgo de una nueva proliferación de excesos y burbujas.
La recuperación ha ganado tracción, y si bien aún es pronto para subir los tipos de interés, conviene ir pulsando la salud del paciente para ver si se puede valer ya por sí mismo. Esa hora ha llegado.