Opinión

Editorial: Que no se confíe Salgado con la deuda

El FMI se muestra positivo con la recuperación de la mayoría de países, pero seguro que adivinan cuál es la excepción: prevé para España seis años de crecimientos raquíticos.

Sin embargo, el Gobierno mantiene sus pronósticos más optimistas, probablemente porque quiera comprobar que los ingresos suben fruto de sus alzas de impuestos para no tener que reconocer una pérdida y, por tanto, poner en duda el cumplimiento del déficit.

A Salgado le queda cantidad de trabajo por delante. Por mucho que todos nos empeñemos en despejar las dudas, la situación sigue sin resolverse. Mientras no haya un crecimiento vigoroso, no se podrá sostener la carga de la deuda pública y privada.

Se ha avanzado en las reformas, pero no lo bastante para lograr que el país salga del estancamiento. El Ejecutivo no puede confiarse.

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