España ofrece pocas facilidades para crear negocios. La apertura requiere diez procedimientos y 47 días, frente a los cinco procedimientos y los 14 días de la OCDE. La protección a los inversores minoritarios, frente a los mayoritarios nos hace perder puntos. Lo peor son las cargas impositivas. Por ejemplo, el impuesto de sociedades es superior a la media de la UE.