Opinión

Editorial: Recuperación, lenta e insuficiente

El Banco de España rebajó ayer la previsión del Gobierno sobre la economía española. Revisa a la baja el crecimiento del PIB hasta el 0,8 por ciento, cinco décimas menos de lo estimado por el Ejecutivo. E identifica al desempleo, superior al 20 por ciento, como el desequilibrio más persistente. Justo ayer Zapatero admitía que nuestra evolución es insuficiente para mermarlo. A pesar de ello, a ese proceso lo llamó recuperación.

Cierto es que en términos cuantitativos las décimas de rebaja en la previsión ni alterarán per se a los mercados ni serán una variación sustancial, si nos ponen en la senda positiva. Pero hacen intuir una reconducción del déficit más compleja. También ahí el instituto emisor augura peores cifras que el Ejecutivo, con un saldo negativo del 6,2 por ciento este año y del 5,2 el próximo, lo que desdibuja la meta del 3 por ciento en 2013. El IPC sigue robusto en el 3,6 por ciento, pero no por un buen motivo, como el mayor dinamismo. Sí hay que reconocer que los renovados esfuerzos reformistas han dado su fruto, cuando menos aplacando la desconfianza interna y externa Algo que debe animar al Gobierno a profundizar en las reformas y redoblar su ahínco al implantarlas. El fracaso de una de ellas, la de las cajas de ahorros, podría elevar el riesgo soberano español. Sobre todo si se han errado, como parece, los cálculos oficiales de la necesidad de Frob que esas entidades acabarán teniendo. Y es precisamente el caos de las cajas el que evidencia la ley del embudo que aplica Fernández Ordóñez cuando acusa al Gobierno de no hacer nada por la economía. Exactamente lo mismo que él con las cajas. A la vista está.

El Banco de España rebajó ayer la previsión del Gobierno sobre la economía española. Revisa a la baja el crecimiento del PIB hasta el 0,8 por ciento, cinco décimas menos de lo estimado por el Ejecutivo. E identifica al desempleo, superior al 20 por ciento, como el desequilibrio más persistente. Justo ayer Zapatero admitía que nuestra evolución es insuficiente para mermarlo. A pesar de ello, a ese proceso lo llamó recuperación. Cierto es que en términos cuantitativos las décimas de rebaja en la previsión ni alterarán per se a los mercados ni serán una variación sustancial, si nos ponen en la senda positiva. Pero hacen intuir una reconducción del déficit más compleja. También ahí el instituto emisor augura peores cifras que el Ejecutivo, con un saldo negativo del 6,2 por ciento este año y del 5,2 el próximo, lo que desdibuja la meta del 3 por ciento en 2013. El IPC sigue robusto en el 3,6 por ciento, pero no por un buen motivo, como el mayor dinamismo. Sí hay que reconocer que los renovados esfuerzos reformistas han dado su fruto, cuando menos aplacando la desconfianza interna y externa Algo que debe animar al Gobierno a profundizar en las reformas y redoblar su ahínco al implantarlas. El fracaso de una de ellas, la de las cajas de ahorros, podría elevar el riesgo soberano español. Sobre todo si se han errado, como parece, los cálculos oficiales de la necesidad de Frob que esas entidades acabarán teniendo. Y es precisamente el caos de las cajas el que evidencia la ley del embudo que aplica Fernández Ordóñez cuando acusa al Gobierno de no hacer nada por la economía. Exactamente lo mismo que él con las cajas. A la vista está.

El Banco de España rebajó ayer la previsión del Gobierno sobre la economía española. Revisa a la baja el crecimiento del PIB hasta el 0,8 por ciento, cinco décimas menos de lo estimado por el Ejecutivo. E identifica al desempleo, superior al 20 por ciento, como el desequilibrio más persistente. Justo ayer Zapatero admitía que nuestra evolución es insuficiente para mermarlo. A pesar de ello, a ese proceso lo llamó recuperación. Cierto es que en términos cuantitativos las décimas de rebaja en la previsión ni alterarán per se a los mercados ni serán una variación sustancial, si nos ponen en la senda positiva. Pero hacen intuir una reconducción del déficit más compleja. También ahí el instituto emisor augura peores cifras que el Ejecutivo, con un saldo negativo del 6,2 por ciento este año y del 5,2 el próximo, lo que desdibuja la meta del 3 por ciento en 2013. El IPC sigue robusto en el 3,6 por ciento, pero no por un buen motivo, como el mayor dinamismo. Sí hay que reconocer que los renovados esfuerzos reformistas han dado su fruto, cuando menos aplacando la desconfianza interna y externa Algo que debe animar al Gobierno a profundizar en las reformas y redoblar su ahínco al implantarlas. El fracaso de una de ellas, la de las cajas de ahorros, podría elevar el riesgo soberano español. Sobre todo si se han errado, como parece, los cálculos oficiales de la necesidad de Frob que esas entidades acabarán teniendo. Y es precisamente el caos de las cajas el que evidencia la ley del embudo que aplica Fernández Ordóñez cuando acusa al Gobierno de no hacer nada por la economía. Exactamente lo mismo que él con las cajas. A la vista está.

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