Opinión

Editorial: La clase media paga la crisis

El presidente del Gobierno manifestó su intención de castigar más a las rentas altas vía impuestos, pero lo cierto es que éstos inciden con mayor fuerza en las clases medias.

Esto se une a un fuerte shock multilateral de alzas en los precios y las hipotecas, a un ensañamiento del paro por encima del 20 por ciento, una cota que el Ejecutivo no consigue atajar, y a una renta disponible mermada también por la vía del ingreso, debido a los sueldos congelados o reducidos y a una expectativa de menores pensiones. El petróleo puede complicar las cosas.

La gasolina está en máximos, los alimentos suben y reconducen los presupuestos de los hogares hacia rangos de consumo barato y al racionamiento o recomposición de la cesta de la compra.

Los lujos que un hogar medio podía permitirse antes de la crisis, gracias en gran medida a la alegría del crédito, han dado paso a calculadoras que echan humo para llegar a fin de mes, algo que ya resulta imposible para tres de cada diez hogares. El mayor euribor complica el pago de la vivienda en unos 600 euros más al año; la subida del IVA detrae 500 euros más a una familia tipo y el IRPF resta unos 400 euros por persona.

La crisis se salda con un hachazo de 2.500 euros anuales a las familias, alimentos aparte. No extraña la detracción del consumo, fruto del menor poder adquisitivo. No cabe ya ninguna duda de que saldremos todos algo más pobres de esta crisis, pero las medidas del Gobierno no han repartido el golpe.

Las alzas fiscales a la desesperada para cuadrar las maltrechas cuentas públicas y paliar su fiebre de gasto han hecho del contribuyente medio el pagano de sus desmanes.

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