A Nicolas Sarkozy le gusta España. De hecho, tiene una buena impresión sobre nuestro país.
Al menos, eso manifestó en una cena que tuvo con empresarios.
Sin embargo, el presidente francés tiene una duda: no entiende cómo una ciudadanía capaz de haber progresado tanto ha escogido democráticamente al socialista José Luis Rodríguez Zapatero, quien tiene el dudoso honor de acercarse a los cinco millones de parados durante su mandato.
¿Alguien puede hacerlo?