Los sindicatos han hallado en la redefinición de la negociación colectiva una vía para seguir barriendo hacia adentro.
Tratan de elevar su cifra de liberados y de mejorar su insuficiente representatividad en las pymes, predominantes en el tejido empresarial español.
CCOO y UGT plantean designar a delegados sindicales en las pequeñas y medianas empresas a través de la acumulación de horas que en ellas se cuantifiquen. La única virtud de la pretensión sindical es que permitiría acercar la negociación salarial a la compañía, en vez de al ámbito sectorial, donde se difuminan las necesidades particulares.
Pero, de lograrlo, supondría una nueva concesión del Gobierno a unas organizaciones que sistemáticamente torpedean las reformas en beneficio propio y al margen de su idoneidad o procedencia.