Desde mediados de los años 1970, una nueva cultura económica y política ha ido ganado posiciones hasta hacerse hegemónica cuando no exclusiva; se ha convenido en denominarla neoliberalismo. Derrotada por el keynesianismo y arrinconada en la llamada Escuela de Chicago, tuvo como mentor fundamental a Milton Friedman. (1912-2006). Desde aquella universidad anunció que continuaría la lucha hasta imponerse.
A lo largo de los treinta últimos años, esta doctrina ha ido dando jaque mate a los Estados nacionales y ha conseguido superar el tradicional marco garantista y tuitivo que estos representaban para la mayoría social de los respectivos países.
Al plantear como cuestión indiscutible que la Economía es una ciencia neutral y aséptica en la que sus leyes indelebles no pueden ser dirigidas o simplemente encauzadas, esto ha devenido en un discurso con los siguientes principios:
1) Libre cambio en el comercio internacional y libertad absoluta en la circulación de capitales.
2) Espacios económicos y mercados cada vez más amplios y cada vez más desregulados.
3) Desregulación prácticamente total del mercado de trabajo.
4) Estabilidad monetaria como primer objetivo de las políticas económicas y, por tanto, políticas monetarias fuertementerestrictivas.
5) Rechazo de lo público o supeditación del sector público residual a las directrices del mercado.
6) Fiscalidad regresiva.
7) Demolición de los mecanismos de protección social.
8) Pretensión de que este pensamiento económico tenga la condición de infalible, incontrovertible y de obligado cumplimiento por los Estados.
La simplicidad de sus postulados está, sin embargo, bien trabada por una firmeza en la que la asunción de una parte, conduce indefectiblemente a la aceptación del resto. Y tanto es así que la inmensa mayoría de las fuerzas políticas convienen en admitir la desideologización de la política macroeconómica.
Julio Anguita. Ex coordinador de IU.