Opinión

Trichet se alía con los bajistas

Semana de ida y vuelta para el mercado, que cerró en zona de mínimos para afianzar las sensaciones potencialmente bajistas que reabrían los acontecimientos de la semana previa.

Ya sabemos que en este mundo en el que vivimos no se puede decir lo que uno está pensando y salir indemne. Mi cada día más admirado José Mourinho, el caballo de batalla de un madridismo cansado de tenerse que callar una lista interminable de agravios comparativos, es un claro ejemplo de cómo se le sacude sin piedad al que dice lo que piensa; sobre todo si dice la verdad. Y es que ya se sabe que con las verdades a la cara se pierden las amistades, y cuanto más te atengas a ellas más enemigos vas a encontrar.

En estos tiempos de infamia, que diría otro de esos hombres que admiro, Pérez Reverte, en los que vale más el talante que el talento, se asume que callarte aquello que no le gusta a los que controlan el tinglado es además una demostración de señorío. Realmente hemos descendido a un lugar, a una nueva decadencia donde pululan a sus anchas los mediocres, del que no sé si saldremos. Aquí no puedes cuestionar a los que mandan. Así, Rubalcaba se siente en condiciones de enmendarle la plana a un héroe deportivo como Fernando Alonso, otro de ésos que recibe estopa por no plegarse ante el poder establecido que puede sumar al club de mis favoritos, mientras en Holanda suben la velocidad media en lugar de bajarla.

Bien, pues le guste o no escucharlo vaya haciéndose a la idea de que le van a subir seriamente los tipos de interés. Y no porque ya lo haya puesto sobre la mesa el Gobernador del Banco Central Europeo, sino porque hace meses que lo está advirtiendo el mercado de tipos de interés. Sonará mal, pero esto que se acerca a España cual borrasca después del diluvio es como lo del Villarato futbolístico: es lo que hay, viene de lejos, es fruto del quererlo todo por parte de los actores (en este caso, a diferencia de lo que acontece en el fútbol, hablamos de una parte significativa) y además no puede evitarse.

Si no tiene deudas y sí empleo, un alza de tipos no está mal, dado que probablemente es la consecuencia de que algo está poniéndose en su sitio a nivel económico. Al final es incomprensible otra cosa en tendencia si la economía europea está mejorando. Pero si vive en la periferia europea o no tiene empleo, y le comen las deudas, prepárese porque lo que viene le va a afectar sea injusto o no lo sea; que eso aquí no juega papel alguno. Hay que tragar con lo que venga y seguir jugando partidos. Y tranquilo hombre, que algún día quizá haya más suerte.

De hecho, me atrevo a decir, aun a costa de que me tiren piedras por políticamente incorrecto, que el señor Trichet simplemente acaba de abrir el baile de los tipos.

El mensaje sobre los tipos, como le digo, viene de lejos y ha pesado con fuerza en el mercado de bonos; algo tratado extensamente por Bolságora en Ecotrader -donde hace meses que abandonamos el mercado de renta fija en tendencia-. Y el peso del citado mensaje se ha empezado a dejar sentir en una bolsa que desde hace semanas se muestra titubeante en zona de gran resistencia.

Con el acordeón en mano

La posibilidad de un patrón de cabeza y hombros -hch- en zona clave para la renta variable está sobre la mesa desde que a finales de la semana pasada se viviera un importante rebote técnico tras una fuerte caída excusada en Libia. Y se siente especialmente en España y el sector bancario europeo.

Las inmediaciones de los 10.500 puntos del Ibex 35, los 2.930 del EuroStoxx 50 o los 1.295 puntos del Standard & Poor' s 500, por poner algunos de los más relevantes ejemplos que tenemos sobre la mesa, señalan los niveles bajo los cuales hay que seguir comprimiendo la exposición a la renta variable, bajándola otro poco para seguir acomodándola al deterioro tal que podemos soportar una corrección de cierto orden sin problemas de salud (no olvide la mental).

El oro, algunas materias primas y el euro, pueden ser elementos en los que buscar refugio o hacer hedging en caso de nuevo paso atrás de los índices por confirmación de un techo en zona de resistencia relevante. Con 5 subondas desde los mínimos del verano pasado en el caso del S&P 500, la posibilidad de una corrección significativa (del 5-10 por ciento adicional) debería considerarse francamente normal aunque sea de mal gusto hablar de ello. Pero mi trabajo no consiste en que lo que cuento huela a flores, sino en que sea plenamente consciente del tipo de riesgos que corre en cada momento del mercado.

Las intenciones del BCE también venían siendo recogidas por el mercado de divisas. Y puede reforzarse si, por ejemplo, vemos al euro/dólar más allá de los psicológicos 1,40 dólares por euro. O si la 'divisa única' bate las resistencias que presenta en 0,86/0,87 frente a la libra esterlina británica o frente a las 115/116 figuras del yen japonés, tal y como puede verse en el último de los charts, que está ligado, como pasa con el euro-dólar, a una de las operativas propuestas por Bolságora en Ecotrader.

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