Los barones regionales del PSOE siguen intentando que el desgaste de Zapatero no les arrastre en las próximas elecciones de mayo en forma de voto de castigo.
Ayer fue el candidato socialista a la Junta de Castilla y León, Óscar López, quien quiso dejar bien claro que en los próximos comicios se renueva a los responsables de la administración autonómica "que nadie se confunda ni le confundan", dijo.
Para dar consistencia a su mensaje, López compareció ante la prensa en una improvisada rueda de prensa en la calle frente a las Cortes regionales, cuyos miembros habrá que elegir.
Muchos socialistas ven al principal enemigo electoral en casa.