Los nacidos en los años 60 constituyeron la generación del baby-boom. Luego vino la generación X, y posteriormente la Y. Ahora entra en el mercado laboral la siguiente: ¿la Z? Su economía es compleja, al menos en España.
Con niveles de paro del 68 por ciento entre los 15 y los 20 años en el último trimestre de 2010, según la EPA, las perspectivas económicas de los que no estudian en esas edades es muy complicada.
Son la generación ni-ni (ni estudia, ni trabaja). Los que estudian tendrán que esperar a tener entre 22 y 30 años para ver cuál es su realidad laboral. Ahora están en el limbo del estudiante, un mundo ajeno a esa realidad.
La economía trata de los bienes escasos. Para esta generación, en España, un bien escaso durante los cinco próximos años será el trabajo. Como se sabe, cuanto más escaso, mayor es su precio. En España, los actuales jóvenes que conforman la generación Z tendrán que pagar un alto precio por su inserción laboral.
Este precio se compondrá de dos partes. Una, la preparación: idiomas, conocimientos técnicos, nivel cultural y manejo de las tecnologías (por eso se les puede conocer también como generación 2.0). La otra parte es la actitud, que requerirá capacidad de sacrificio, de riesgo, de emprendimiento; disposición a la movilidad geográfica; retraso en la formación de la propia familia (¡aún más!); disposición a aprender y paciencia.
De los dos requerimientos, esta generación Z tiene fácil lo primero. A su disposición están las técnicas de aprendizaje más avanzadas y sofisticadas para preparase en conocimientos. Su problema está en el segundo, porque en la niñez y la adolescencia se le ha hecho todo demasiado fácil y sólo cambiará a base de esfuerzos.
Unos, los más dispuestos, lo conseguirán por sí solos. Los otros, muchos de ellos, necesitarán que les eduque el mundo del trabajo (la empresa, la Administración o el tercer sector), ya que la escuela y la universidad parece que no ha cumplido con su misión de educar, mucho más importante que la de enseñar.
J. R. Pin Arboledas. Profesor del IESE, titular de la Cátedra de Gobierno y Liderazgo en la Administración Pública.